La diabetes tipo 2 (DBT2) constituye una carga creciente para la salud pública mundial, asociándose con complicaciones cardiovasculares, renales y metabólicas significativas. La dieta desempeña un papel fundamental en la prevención y manejo de esta enfermedad, y ciertos alimentos ricos en carbohidratos han sido evaluados por su impacto sobre el riesgo de DBT2. Entre ellos, las papas son una fuente importante de carbohidratos, pero su efecto sobre la incidencia de diabetes podría variar según el método de preparación. Estudios previos han mostrado resultados inconsistentes, especialmente en relación con papas fritas frente a preparaciones hervidas, al horno o en puré. En este contexto, Seyed Mohammad Mousavi y cols. evaluaron la asociación entre el consumo total y específico de papas y el riesgo de desarrollar DBT2, evaluando también el efecto de sustituir papas por granos enteros u otras fuentes de carbohidratos y realizando un metaanálisis de cohortes prospectivas.
Se realizó un estudio prospectivo utilizando datos individuales de participantes de la Nurses’ Health Study (1984-2020), Nurses’ Health Study II (1991-2021) y Health Professionals Follow-up Study (1986-2018). Se incluyeron 205,107 hombres y mujeres libres de diabetes, enfermedad cardiovascular o cáncer al inicio del seguimiento. La ingesta de papas se evaluó mediante cuestionarios de frecuencia alimentaria validados, diferenciando entre papas fritas, al horno, hervidas y en puré. Los participantes fueron seguidos durante más de 5 millones de años-persona para identificar la incidencia de DBT2. Se emplearon modelos de regresión multivariable ajustados por edad, sexo, índice de masa corporal actualizado, actividad física, tabaquismo y consumo de otros alimentos ricos en carbohidratos. Además, se realizaron análisis de sustitución para estimar el efecto de reemplazar papas por granos enteros u otras fuentes de carbohidratos, y un metaanálisis de 13 cohortes adicionales con 587,081 participantes.
Durante 5,175,501 años-persona de seguimiento se documentaron 22,299 casos incidentes de DBT2. Los participantes tenían una edad media de 55 años, 70% eran mujeres, el 40% presentaba sobrepeso, el 20% obesidad y el 10% antecedentes familiares de diabetes. El consumo promedio de papas fue de 2.5 porciones por semana, distribuyéndose en 60% al horno o hervidas, 25% en puré y 15% fritas.
Tras ajustar por factores de confusión, se observó que un mayor consumo de papas totales se asociaba con un incremento del riesgo de T2D del 5% por cada incremento de tres porciones semanales (HR 1.05, IC 95% 1.02–1.08).
Este riesgo era mayor para las papas fritas, con un aumento del 20% por cada tres porciones semanales adicionales (HR 1.20, IC 95% 1.12–1.28). Por el contrario, la ingesta combinada de papas al horno, hervidas o en puré no mostró asociación significativa con el riesgo de T2D (HR 1.01, IC 95% 0.98–1.05).
Los análisis de sustitución indicaron que reemplazar tres porciones semanales de papas totales por granos enteros reducía las tasas de DBT2 en un 8% (IC 95% 5%–11%), reemplazar papas al horno, hervidas o en puré en un 4% (IC 95% 1%–8%) y reemplazar papas fritas en un 19% (IC 95% 14%–25%). En contraste, reemplazar papas totales o al horno, hervidas o en puré por arroz blanco se asoció con un aumento del riesgo de DBT2.
El metaanálisis de 13 cohortes confirmó estos hallazgos, mostrando un HR combinado de 1.03 (IC 95% 1.02–1.05) por cada incremento de tres porciones semanales de papas totales y 1.16 (IC 95% 1.09–1.23) para papas fritas. La sustitución por granos enteros reducía el riesgo en un 7% para papas totales, 5% para papas no fritas y 17% para papas fritas.
¿Qué nos deja este estudio?
El consumo elevado de papas fritas, pero no de papas al horno, hervidas o en puré, se asocia con un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
El riesgo relacionado con el consumo de papas depende del alimento que se sustituya: reemplazarlas por granos enteros se asocia con menor riesgo, mientras que sustituirlas por arroz blanco podría aumentarlo.
Estos hallazgos subrayan que la relación entre el consumo de papas y el riesgo de diabetes tipo 2 depende de los alimentos específicos utilizados como reemplazo y respaldan las recomendaciones dietéticas actuales que promueven la inclusión de granos enteros como parte de una dieta saludable para la prevención de la diabetes tipo 2.