El tratamiento antihipertensivo (AHT) suele ser considerado de por vida, incluso en pacientes con buen control de la presión arterial. Sin embargo, la posibilidad de discontinuar la medicación en individuos seleccionados ha sido poco estudiada. En este contexto, se desarrolló el ensayo STOP (Stopping antihypertensive Treatment amOng hypertensive patients in Primary care), que evaluó la factibilidad y seguridad de suspender el AHT en pacientes sin comorbilidades cardiovasculares y bajo terapia farmacológica limitada.
El estudio tuvo como metas principales:
- Evaluar la viabilidad de suspender el tratamiento antihipertensivo en pacientes bajo monoterapia o combinación a baja dosis.
- Identificar los factores que predicen el mantenimiento de la normotensión sin tratamiento durante un año.
Se trató de un estudio prospectivo, multicéntrico, no aleatorizado y abierto, en el que se incluyeron pacientes sin factores de riesgo cardiovascular autoinformados (excepto hipertensión) ni daño de órgano blanco, que recibían monoterapia o doble terapia a baja dosis.
El criterio de valoración primario fue la proporción de individuos que mantenían normotensión definida como <135/85 mmHg en automedición domiciliaria (HBPM) durante un año, con controles a los 1, 3, 6, 9 y 12 meses. Además, se exploraron predictores de éxito y fracaso en el mantenimiento de cifras normales tras la suspensión.
De los 401 individuos evaluados, se incluyeron 218 (54,4%), tras confirmar presión arterial controlada mediante HBPM en la visita basal. En todos ellos, el AHT se suspendió dentro de los 3 días posteriores a la inclusión.
Durante el seguimiento, 203 pacientes tuvieron registros completos de presión arterial y fueron analizados. La edad media fue de 58,2 ± 10,1 años, y el 47,3% eran mujeres.
- 73 pacientes (36%) lograron mantener presión arterial <135/85 mmHg durante un año sin necesidad de reiniciar AHT.
- 130 pacientes (64%) debieron retomar el tratamiento antihipertensivo en el transcurso del seguimiento.
El análisis mostró que el valor basal de la HBPM predijo el resultado a un año, mientras que la presión arterial de consultorio o la hipertensión de guardapolvo blanco no tuvieron valor predictivo.
Un hallazgo clave fue que los pacientes con presión arterial sistólica domiciliaria <120 mmHg antes de la suspensión tuvieron una probabilidad del 60% de mantenerse normotensos, frente al 23% de quienes presentaban valores sistólicos ≥120 mmHg.
En cuanto a seguridad, se reportó un evento de accidente cerebrovascular isquémico en un paciente con presión sistólica basal >120 mmHg.
¿Qué nos deja este estudio?
El ensayo STOP demostró que alrededor de un tercio de los pacientes en monoterapia o doble terapia de baja dosis que suspendieron su tratamiento pudieron mantener el control tensional durante un año.
Estos hallazgos sugieren que la discontinuación del AHT podría considerarse en pacientes seleccionados, particularmente en aquellos con HBPM sistólica <120 mmHg, siempre y cuando se realice un monitoreo estrecho de la presión arterial, especialmente durante el primer año tras la suspensión.