Los resultados a cinco años del ensayo PARTNER 3 habían demostrado que, en pacientes con estenosis aórtica severa y sintomática con bajo riesgo quirúrgico, los desenlaces clínicos eran comparables entre aquellos sometidos a implante valvular aórtico percutáneo (TAVI) y quienes recibieron cirugía de reemplazo valvular aórtico (CRVA). Sin embargo, persistía la necesidad de contar con evidencia a más largo plazo que permitiera evaluar con mayor precisión la durabilidad de las bioprótesis y la evolución clínica de ambas estrategias terapéuticas. En este contexto, se presentaron los resultados a siete años de seguimiento del estudio PARTNER 3, que amplían la comprensión sobre la eficacia y seguridad de TAVI frente a la cirugía en este grupo de pacientes.
En este ensayo aleatorizado, 1.000 pacientes fueron asignados en una proporción 1:1 para recibir TAVI por vía transfemoral o CRVA.
El primer punto final primario fue un compuesto no jerárquico de muerte, accidente cerebrovascular o rehospitalización relacionada con el procedimiento, la válvula o la insuficiencia cardíaca.
El segundo punto final primario fue un compuesto jerárquico que incluyó muerte, accidente cerebrovascular (ACV) incapacitante, ACV no incapacitante y número de días de rehospitalización por causas relacionadas con el procedimiento, la válvula o la insuficiencia cardíaca, analizado mediante una evaluación de win ratio.
Los desenlaces clínicos, ecocardiográficos, de durabilidad valvular y de estado de salud fueron analizados hasta los siete años de seguimiento.
En el análisis del primer punto final primario, la estimación de Kaplan–Meier para la incidencia del evento compuesto fue de 34,6% en el grupo TAVI y 37,2% en el grupo quirúrgico (diferencia: −2,6 puntos porcentuales; intervalo de confianza [IC] del 95%, −9,0 a 3,7).
El win ratio para el segundo punto final primario fue de 1,04 (IC 95%, 0,84–1,30), sin diferencias significativas entre los grupos.
En relación con los componentes individuales del primer punto final primario, las estimaciones de Kaplan–Meier fueron las siguientes:
- Muerte: 19,5% en el grupo TAVI y 16,8% en el grupo quirúrgico.
- ACV: 8,5% y 8,1%, respectivamente.
- Rehospitalización: 20,6% y 23,5%, respectivamente.
Los gradientes medios transvalvulares, evaluados por ecocardiografía a los siete años, fueron de 13,1 ± 8,5 mm Hg tras TAVI y 12,1 ± 6,3 mm Hg tras cirugía.
La tasa de falla de la bioprótesis fue de 6,9% en el grupo TAVI y 7,3% en el grupo quirúrgico. Los resultados reportados por los pacientes en relación con su estado de salud fueron similares en ambas cohortes.
¿Qué nos deja este estudio?
Entre los pacientes con estenosis aórtica severa y sintomática de bajo riesgo quirúrgico, no se observaron diferencias significativas en los puntos finales primarios compuestos —muerte, accidente cerebrovascular y rehospitalización— a los siete años de seguimiento entre quienes recibieron TAVI y aquellos sometidos a CRVA. Estos hallazgos confirman la durabilidad, seguridad y eficacia sostenida del TAVI a largo plazo, mostrando resultados clínicos y funcionales equiparables a los obtenidos con la cirugía.
