La contaminación atmosférica es un factor de riesgo clave para las enfermedades cardiovasculares y un factor importante en la carga mundial de la enfermedad.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, la contaminación ambiental es responsable de 25% de todas las muertes por enfermedad cardiaca y 24% por accidente cerebrovascular.
Además, la contaminación atmosférica contribuye a las comorbilidades que se sabe que empeoran los resultados entre los infectados con COVID-19, según una declaración conjunta publicada el 28 de enero por la ACC, la Federación Mundial del Corazón (WHF), la Asociación Americana del Corazón (AHA) y la Sociedad Europea de Cardiología (ESC).
El comunicado insta a la comunidad médica y a las autoridades sanitarias a mitigar el impacto de la contaminación atmosférica en la salud de las personas.
Los autores explican que en 2019, se estima que 6,7 millones de muertes, o el 12% de todas las muertes en el mundo, fueron atribuibles a la contaminación del aire exterior o de los hogares. Hasta la mitad de ellas se debieron a enfermedades cardiovasculares.
En concreto, la declaración reclama acciones estructurales para reducir las emisiones de contaminantes atmosféricos y la exposición perjudicial.
También destaca el importante papel que desempeñan los profesionales sanitarios en la prevención de las enfermedades relacionadas con la contaminación atmosférica, entre otras cosas:
- Abogar por la mitigación de la contaminación atmosférica como medida sanitaria, por una mayor investigación sobre la calidad del aire y su impacto en las enfermedades cardiovasculares, y por intervenciones para reducir la contaminación atmosférica y su efecto en las enfermedades no transmisibles
- Proporcionar a los pacientes medidas personales para reducir la exposición, como sistemas de filtración del aire de las habitaciones
- Integrar la contaminación atmosférica en los enfoques de gestión de las enfermedades, por ejemplo mediante el uso de índices de calidad del aire
- Participar en la elaboración de directrices sobre la contaminación atmosférica y las enfermedades cardiovasculares
- Apoyar a los ministerios de medio ambiente, energía y transporte en sus esfuerzos de mitigación
- Trabajar para educar y concienciar sobre los beneficios cardiovasculares del aire limpio
- Colaborar con los responsables de la toma de decisiones en las instituciones gubernamentales nacionales, regionales y mundiales para que las enfermedades cardiovasculares relacionadas con la contaminación atmosférica sean una prioridad.