Los procedimientos de intervencionismo cardiovascular (PIC) son una práctica frecuente en pacientes con enfermedad coronaria ateroesclerótica. En este contexto, el 10% de los pacientes sometidos a estas prácticas se encuentra bajo tratamiento anticoagulante (OAC) prolongado por una causa secundaria, y es de esperarse que esta prevalencia se incremente debido al aumento de arritmias y de la edad poblacional.
Hasta la fecha, es motivo de controversia el manejo terapéutico periprocedimiento de pacientes con OAC y sospecha de un síndrome coronario agudo, principalmente en lo que respecta a la continuación o suspensión del OAC previo al procedimiento. Mientras que la continuación del OAC (C-OAC) incrementa el riesgo de sangrados periprocedimiento, la interrupción del OAC (I-OAC) puede incrementar el riesgo de eventos tromboembólicos y provocar el retraso del PIC.
El presente estudio realizado por Dimitrios Venetsanos y colaboradores del Instituto Karolinska de Estocolmo, Suecia, tuvo como objetivo contrastar las estrategias de C-OAC, en relación a la I-OAC, en pacientes sometidos a un PIC.
Para ellos, se analizó la cohorte de pacientes del registro SWEDEHEART, que incluyó pacientes bajo tratamiento OAC hospitalizados y sometidos a un PIC diagnóstico, durante el periodo comprendido entre 2005 a 2017. Se analizó la ocurrencia de eventos cardíacos y vasculares adversos (MACCE), incluyendo al compuesto de mortalidad por todas las causas, infarto agudo de miocardio (IAM) y accidente cerebrovascular (ACV), como así también a eventos hemorrágicos, con un periodo de seguimiento de 120 días.
En pacientes sometidos a un procedimiento percutáneo de cardiología intervencionista, continuar con el tratamiento anticoagulante no incrementó el riesgo de eventos hemorrágicos, mientras que disminuyó el tiempo total de estadía hospitalaria.
Del total de pacientes incluidos (n=6485), la edad promedio fue de 74 años, con el 74% de sexo masculino. Dentro de la cohorte, 3322 pacientes se encontraban bajo la estrategia I-OAC, y 3163 en el grupo C-OAC. En el subgrupo de C-OAC, el anticoagulante más utilizado fue la warfarina (81%), seguido por el apixabán (11%). No se observaron diferencias significativas en las características basales de los grupos analizados, con excepción de un predominio de antecedentes de eventos hemorrágicos previos en el subgrupo de C-OAC (8.7% vs. 6.4%; p<0.001).
Durante el periodo de seguimiento establecido no se observó una diferencia estadísticamente significativa entre las estrategias analizadas en términos de incidencia acumulada de MACCE (I-OAC 8.2% vs C-OAC 8.2%. HR 0.89 [IC95% 0.71-1.12]); como tampoco se observaron diferencias en el combinado de MACCE y eventos hemorrágicos (12.6% vs. 12.9%. HR 0.87 [IC95% 0.70-1.07]).
Como hallazgo de relevancia, tampoco se evidenciaron diferencias significativas en relación a eventos hemorrágicos intrahospitalarios mayores ni menores entre ambas estrategias. Sin embargo, la estrategia C-OAC se asoció a un menor tiempo total de estadía hospitalaria (4 vs. 7 días; p<0.001), por lo que este abordaje terapéutico se postula como abordaje de preferencia en este escenario clínico.
Continuar con ACO no incrementó sangrados.
Mayoría de accesos radiales en C-OAC.
Alta prevalencia de DAPT en C-OAC.
Sólo incluyó procedimientos no planificados.
Escaso porcentaje de DOACs.
Corto periodo de seguimiento.
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Médico Cardiólogo UBA-SAC - Residente de Hemodinamia y Cardiología Intervencionista en Hospital Italiano de Buenos Aires - Editor MedEcs.