En la actual pandemia por el nuevo betacoronavirus (COVID-19) se ha evidenciado una presentación clínica diversa, donde la fiebre y los síntomas respiratorios son predominantes, evidenciándose un estado procoagulante asociado. Este incremento de la coagulación se documenta por niveles plasmáticos elevados de dímero D y eventos adversos clínicos vinculados, como los eventos tromboembólicos arteriales y venosos, accidente cerebrovascular e infarto agudo de miocardio.
Una revisión publicada recientemente en Cochrane (n=7700) de pacientes con COVID-19 y tromboembolismo venoso asociado determinó una incidencia de tromboembolismo de pulmón (TEP) de 7.4%; sin embargo, muchos de los casos de TEP se presentan en el ámbito extrahospitalario luego del egreso sanatorial, encontrándonos en la dificultad de identificar una asociación directa entre la ocurrencia de TEP y la enfermedad por COVID-19.
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Cristian M. Garmendia
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Cristian M. Garmendia
Médico Cardiólogo UBA-SAC - Residente de Hemodinamia y Cardiología Intervencionista en Hospital Italiano de Buenos Aires - Editor MedEcs.
Gran cohorte de pacientes.
Se logró identificar subgrupo de mayor riesgo.
El TEP en COVID-19 no incrementó la mortalidad.
Sólo se analizó la etapa temprana de enfermedad.
No hay un marcador bioquímicos independiente de riesgo.
No se contemplo el efecto de la tromboprofilaxis en el pronóstico clínico.