Tanto el consumo excesivo como moderado o alto de alcohol, son factores de riesgo establecidos para el desarrollo de fibrilación auricular (FA). Sin embargo, el impacto del bajo consumo de alcohol en la incidencia de FA continúa siendo controvertido.
Samuel J. Tu y cols. realizaron un estudio retrospectivo con el objetivo de caracterizar las asociaciones del consumo total y específico de alcohol con la FA incidente.
Utilizando los datos del Biobank de Reino Unido, se calculó el consumo total de alcohol total y específico de bebidas. Para este análisis, 1 bebida estándar se definió como 8 gr de alcohol (10 ml), considerado como una bebida estándar en Reino Unido. Se definió el consumo como excesivo al consumo de 6 bebidas estándar/día para las mujeres o 8 bebidas estándar/día para los hombres. El consumo frecuente se definió como el consumo de 3 dias a la semana.
Los pacientes con historia previa de FA y los exbebedores fueron excluidos.
Se estudiaron 403.281 individuos de mediana edad, de los cuales un 52.4% eran mujeres.
La mediana de consumo total de alcohol fue 8 bebidas/semana y el 5.5% reportaron no consumir alcohol.
Durante una mediana de seguimiento de 11.4 años, se produjeron 21312 episodios de FA incidentes.
Se observó una asociación en forma de J entre el consumo total de alcohol y la FA, con el menor riesgo de FA en aquellos que consumieron menos de 7 bebidas a la semana.
En el análisis categórico, el consumo total de alcohol entre 1-7 bebidas/semana se asoció con un menor riesgo de FA comparado con aquellos que consumían < 1 bebida/semana (HR 0.95; IC 95%: 0.91-1).
Si bien el consumo elevado de cualquier tipo de bebidas es perjudicial, las asociaciones de ciertas bebidas con la FA parecen diferir en los niveles de ingesta bajos a moderados.
En el caso del consumo de cerveza o sidra, se observó una asociación lineal positiva, y el riesgo más bajo se observó en los que no consumían.
Por el contrario, en el caso del vino tinto, blanco y bebidas espirituosas, se observaron asociaciones curvilíneas positivas con un aumento del riesgo estadísticamente significativo con mas de 10, 8 y 3 bebidas a la semana respectivamente, observándose el nadir de riesgo con 5, 4 y 1 bebida a la semana respectivamente.
¿Qué podemos recordar?
En esta población los niveles bajos de consumo de alcohol (< 7 bebidas por semana, 56 g de alcohol/ semana) se asociaron con el menor riesgo de FA.
Las asociaciones variaron de acuerdo al tipo de bebidas, sugiriendo que un bajo consumo de vino tinto y blanco y un consumo muy bajo de bebidas alcohólicas pueden no estar asociados con un mayor riesgo de FA, mientras que cualquier consumo de cerveza y sidra pueden estar asociados con la ocurrencia de esta arritmia.
Los autores resaltan que estos resultados pueden tener importantes implicancias para la prevención primaria de la FA, y por lo tanto, deberían ser explorados en estudios futuros.