Para pacientes con anatomías coronarias complejas, el uso de técnicas de imagen intravascular como la ultrasonografía intravascular (IVUS) o la tomografía de coherencia óptica (OCT) proporciona información valiosa para optimizar el implante del stent y se ha asociado con un menor riesgo de eventos adversos luego de la angioplastia coronaria (ATC).
En el estudio RENOVATE-COMPLEX PCI, presentado en el Congreso ACC 2023, la ATC guiada por imagen intravascular demostró una reducción del riesgo de fracaso del vaso tratado (TVF, por sus siglas en inglés) en comparación con la ATC guiada por angiografía en pacientes con lesiones complejas.
Estudios previos han demostrado que los pacientes con diabetes presentan un mayor riesgo de pérdida luminal tardía y restenosis, a pesar de la optimización del stent guiada por IVUS, por lo que la efectividad de la guía de imagen intravascular durante la ATC compleja podría diferir según la presencia de diabetes.
Por lo tanto, Ki Hong Choi y cols. llevaron a cabo un análisis secundario del estudio RENOVATE-COMPLEX PCI con el propósito de comparar los resultados clínicos de la ATC compleja guiada por imagen intravascular vs. guiada por angiografía en pacientes con o sin diabetes. Además, evaluaron las implicaciones de la optimización del stent mediante imagen y el control glucémico para los resultados clínicos en pacientes con diabetes luego de la ATC compleja.
El punto final primario fue el TVF, definido como una combinación de muerte cardíaca, infarto de miocardio relacionado con el vaso tratado o revascularización del vaso tratado.
Se incluyeron 1.639 pacientes que fueron asignados aleatoriamente en una proporción de 2:1 para recibir ATC guiada por imagen intravascular o por angiografía.
La edad media de la población del estudio fue 65.6±10.2 años, con un 79.3% de hombres y el 37.6% tenían diabetes.
Los pacientes con diabetes presentaban una mayor prevalencia de lesiones de restenosis intrastent, perfiles de lesiones complejas múltiples y enfermedad multivaso en comparación con aquellos sin diabetes.
En cuanto a las características del procedimiento, los pacientes con diabetes tuvieron más stents implantados (2±1.1 vs 1.9±0.9, p=0.001), stents de menor diámetro y una longitud total de stents significativamente mayor que en aquellos sin diabetes.
La incidencia de TVF fue significativamente mayor en pacientes con diabetes en comparación con aquellos sin diabetes (12.7% vs. 7.1%, HR 1.86, IC95%: 1.33-2.60, p<0.001) durante un seguimiento mediano de 2.1 años.
Entre los pacientes sin diabetes, aquellos sometidos a ATC guiada por imagen intravascular mostraron una menor incidencia de TVF en comparación con el grupo guiados por angiografía (4.7% vs. 12.2%, HR 0.41, IC95%: 0.25-0.67, p<0.001).
Sin embargo, en pacientes con diabetes, no hubo diferencias significativas en el riesgo de TVF entre los grupos (12.9% vs. 12.3%, HR 0.97, IC95%: 0.60-1.57, p=0.90).
El nivel medio de HbA1c fue de 7.2%. Se observó una asociación entre el nivel basal de HbA1c y el riesgo de TVF (HR por cada aumento del 1% 1.16, IC95%: 1.01-1.32, p=0.03).
Entre los pacientes con diabetes, solo aquellos con buen control glucémico (nivel de HbA1c ≤ 7.5%) y los que lograron la optimización del stent mediante imagen intravascular mostraron un menor riesgo de eventos isquémicos futuros (HR 0.31, IC95%: 0.12-0.82, p=0.02).
¿Qué podemos recordar?
En este análisis secundario del ensayo RENOVATE-COMPLEX-PCI, la ATC guiada por imagen intravascular redujo el riesgo de TVF en pacientes sin diabetes, pero no en aquellos con diabetes.
Para los pacientes diabéticos sometidos a ATC compleja, la optimización del stent mediante imagen intravascular y el control glucémico son aspectos clave para mejorar los resultados clínicos.
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