La evaluación de la enfermedad arterial coronaria (EAC) es clave en el manejo de la estenosis aórtica severa. La angiografía coronaria no planificada después del implante valvular aórtico percutáneo (TAVI), con o sin intervención coronaria percutánea, puede presentar desafíos importantes en el tratamiento de estos pacientes.
Con el objetivo de analizar la incidencia, los predictores y los resultados de la angiografía coronaria no planificada post-TAVI, Asa Phichaphop y cols. examinaron todos los procedimientos de TAVI realizados entre julio de 2015 y diciembre de 2021.
Entre 1,444 pacientes (edad mediana de 81 años, 59% hombres) con una mediana de puntaje STS de 3.4%, el 6.7% requirió una angiografía coronaria no planificada después del TAVI, siendo el 45% dentro del primer año. En el 64.2% se implantaron válvulas balón expandibles y el acceso transfemoral fue el más utilizado (94%).
La indicación más frecuente para la angiografía fue el síndrome coronario agudo, que ocurrió en el 3.3% de los casos.
Los pacientes con EAC preexistente (50.1%) presentaron una incidencia significativamente mayor de angiografía no planificada (10.5% frente a 2.9%; P < 0.001) en comparación con aquellos sin EAC.
La mediana de tiempo hasta la angiografía no planificada fue menor en los pacientes con EAC conocida (13 meses frente a 18 meses).
Durante el primer año post-TAVI, la incidencia de angiografía no planificada fue cuatro veces más alta entre los pacientes con EAC conocida (4.8% vs. 1.2%; P < 0.001), manteniéndose esta diferencia a lo largo de cinco años de seguimiento. Del total, el 50.5% de los pacientes requirió angioplastia coronaria, con un éxito del 98% en dichos procedimientos.
En el análisis multivariable, la presencia de EAC significativa (HR: 2.96; IC 95%: 1.76-4.98; P < 0.001) y la diálisis (HR: 2.68; IC 95%: 1.07-6.74; P = 0.036) se asociaron con un mayor riesgo de angiografía no planificada.
Por otro lado, se observó una menor probabilidad de requerir este procedimiento en pacientes mayores de 75 años (HR: 0.46; IC 95%: 0.30-0.71; P < 0.001) y en aquellos con un mayor gradiente medio de la válvula aórtica (HR por cada aumento de 10 mm Hg: 0.82; IC 95%: 0.68-0.98; P = 0.031).
¿Qué podemos recordar?
La angiografía coronaria no planificada después del TAVI ocurre en aproximadamente 1 de cada 15 pacientes, con cerca de la mitad de los casos sucediendo en el primer año, y el síndrome coronario agudo siendo la indicación principal. La EAC preexistente se identificó como el predictor más fuerte para la necesidad de angiografía no planificada.
Los autores destacan que en pacientes que consideran someterse a un TAVI y que tienen o están en riesgo de EAC, es necesario desarrollar estrategias integrales de manejo a largo plazo. La posibilidad de requerir una angiografía no planificada debe considerarse en el proceso de toma de decisiones clínicas, optimizando el cuidado de los pacientes con estenosis aórtica que pueden ser potencialmente afectados por EAC durante su vida.