La enfermedad valvular cardíaca (EVC) está en aumento en los países en desarrollo, principalmente debido a la alta prevalencia de la enfermedad cardíaca reumática y la creciente carga de la enfermedad valvular degenerativa. A pesar de los avances en cirugía y en intervenciones mediante catéter para el reemplazo o reparación de válvulas, la tasa de mortalidad relacionada con la EVC se ha mantenido relativamente estable en las últimas dos décadas. Por ello, es fundamental identificar a los pacientes de alto riesgo utilizando características clínicas modificables y aplicar intervenciones sobre estos factores para reducir el riesgo.
La desnutrición se ha identificado como una condición prevalente entre los pacientes con enfermedades cardiovasculares, asociándose de manera significativa con peores resultados clínicos. Herramientas de evaluación nutricional como el índice de riesgo nutricional geriatrico (GNRI, por sus siglas en inglés) permiten identificar fácilmente el riesgo de desnutrición en pacientes con insuficiencia cardíaca, accidente cerebrovascular o enfermedad coronaria, permitiendo intervenciones tempranas que mejoran los resultados. No obstante, existe una falta de investigación integral sobre la prevalencia y las implicaciones pronósticas de la desnutrición en pacientes con EVC. Aunque el GNRI es útil en la estenosis aórtica severa, su aplicabilidad en otros tipos de EVC sigue siendo incierta.
Las guías más recientes de la Sociedad Europea de Cardiología sugieren la inclusión de la evaluación nutricional dentro de la estratificación del riesgo en pacientes con EVC, aunque los modelos pronósticos actuales, como el EuroSCORE II, no incorporan el estado nutricional en sus cálculos.
Un estudio reciente realizado por Ziang Li y cols., utilizando los datos del Registro China Valvular Heart Disease, evaluó la prevalencia del riesgo de desnutrición en diversos tipos de EVC y su relación con eventos clínicos adversos. En este estudio, participaron 8,908 pacientes con EVC moderada o severa, quienes fueron sometidos a ecocardiograma y evaluación del riesgo nutricional mediante el GNRI.
El punto final primario fue la mortalidad por todas las causas a los dos años, mientras que los eventos cardiovasculares adversos mayores (MACE) a los dos años constituyeron los resultados secundarios.
Se analizaron 8.908 pacientes, con una edad media de 61.8 ± 13.4 años y un 56% de hombres. El 5.2% tenía estenosis aórtica aislada, el 13.9% insuficiencia aórtica, el 5% estenosis mitral, el 24.5% insuficiencia mitral, el 14.9% insuficiencia tricuspídea y el 29.1% múltiples valvulopatías.
La fracción de eyección media del ventrículo izquierdo fue del 58%, y el 40% de los pacientes presentaban disnea en clase funcional III-IV.
Según el GNRI, el 27.2% de los pacientes tenían riesgo de desnutrición leve, el 12.3% un riesgo moderado y el 2.1% riesgo severo.
Los resultados mostraron que los pacientes con riesgo moderado o severo de desnutrición tenían un riesgo significativamente mayor de mortalidad por todas las causas y de MACE en comparación con aquellos sin riesgo de desnutrición (todos los valores P < 0.02).
La asociación más fuerte se observó en los pacientes con regurgitación tricuspídea (mortalidad, HR: 3.18, IC 95%: 1.99-5.10, P < 0.001; MACE, HR: 2.33, IC 95%: 1.58-3.44, P < 0.001).
La incorporación del puntaje GNRI al EuroSCORE II mejoró la estratificación del riesgo y la predicción de los resultados (estadístico C, P < 0.001; prueba de razón de verosimilitud, P < 0.001).
¿Qué podemos recordar?
El riesgo de desnutrición es prevalente en diversos tipos de EVC y está estrechamente asociado con un aumento en la mortalidad y los MACE. El puntaje GNRI proporciona información pronóstica adicional que puede enriquecer los modelos de predicción de resultados clínicos.
La evaluación de la desnutrición es, por tanto, crucial para identificar a los pacientes con riesgo elevado de resultados clínicos adversos, quienes podrían beneficiarse de un soporte nutricional.
Estos hallazgos constituyen una base sólida para futuros estudios prospectivos y aleatorizados que evalúen la eficacia de las intervenciones nutricionales en los resultados de los pacientes con EVC.