Diversos estudios han demostrado el impacto clínico deletéreo del leak paravalvular (PVL) moderado-severo luego de un reemplazo valvular aórtico percutáneo (TAVI). Así, la mejoras en las prótesis valvulares pudieron mitigar de forma parcial este fenómeno; sin embargo, reportes recientes han evidenciado una prevalencia de PVL caracterizado como “leve” de 30-36%, aún con los nuevos dispositivos disponibles en el mercado y siendo ampliamente superior a lo reportado en el reemplazo valvular aórtico quirúrgico (CRAVo, 3%).
El objetivo del presente estudio realizado por Taishi Okuno y colaboradores del Departamento de Cardiología de la Universidad de Bern (Suiza) fue analizar el impacto del PVL leve en términos de eventos clínicos adversos luego de un TAVI, con un periodo de seguimiento de 5 años.
Se analizó de forma retrospectiva una cohorte de pacientes sometidos a un TAVI, pertenecientes a un registro prospectivo (Swiss TAVI Registry), incluidos durante el periodo comprendido entre 2007 a 2015. Así, se analizó de forma retrospectiva imágenes obtenidas mediante ecocardiograma transtorácico, excluyendo aquellos pacientes con “PVL moderado-severo” residual post TAVI. A su vez, se estratificó al PVL según “PVL leve” o “PVL leve-moderado”, respectivamente.
Se analizó como objetivo primario a la mortalidad por todas las causas, mortalidad cardiovascular (CV), accidente cerebrovascular (ACV), sangrado mayor o amenazante de vida, deterioro estructural de la prótesis valvular y requerimiento de reintervención valvular aórtica no planificada, con un periodo de seguimiento total a 5 años desde el procedimiento indice.
Se incluyó para el análisis un total de 1128 pacientes (47.3% del total de la cohorte). La edad promedio de la poblacion muestral fue de 82.3±5.8 años, con un 52.1% de sexo femenino. Se observó que los pacientes con evidencia de “PVL leve” previo al egreso sanatorial fueron más añosos, con un menor índice de masa corporal y un puntaje de score STS superior, en relación a aquellos sin PVL. A su vez, los pacientes con “PVL leve” presentaban una menor superficie de área valvular aórtica y menor fracción de eyección ventricular izquierda (FEVI), en relación al subgrupo de pacientes sin PVL.
En pacientes sometidos a un reemplazo valvular aórtico percutáneo (TAVI), el leak paravalvular leve residual se asocia a un incremento de la mortalidad por todas las causas a 5 años de seguimiento.
Con un periodo de seguimiento de 5 años, los pacientes con evidencia de “PVL leve” residual luego del TAVI presentaron un mayor riesgo de mortalidad por todas las causas, en relación a aquellos sin PVL (54.6% vs. 43.8%. HR 1.26 [IC95% 1.06-1.50]; p<0.001). No se observaron diferencias estadísticamente significativas entre los subgrupos analizados a un año de seguimiento.
Los pacientes con “PVL leve” presentaron una mayor ocurrencia de sangrado mayor o amenazante de vida, en relación a aquellos sin PVL, tanto en el seguimiento a un año desde el procedimiento indice (HR 1.49 [IC 95% 1.16-1.90]; p=0.001) y a 5 años (HR 1.51 [IC 95% 1.20-1.90]; p<0.001). No se observaron diferencias estadísticamente significativas en términos de la ocurrencia de ACV, deterioro valvular estructural y reintervenciones valvulares no planificadas a uno y 5 años, respectivamente.
Esta asociación del “PVL leve” residual post TAVI con la mortalidad total a 5 años fue independiente de las características clínicas basales y los parámetros ecocardiográficos obtenidos. Frente a la subclasificación del PVL en 5 grados, se observó que el “PVL leve-moderado” incrementa el riesgo de mortalidad total 1.6 veces, en relación al “PVL ausente-trivial”.
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Médico Cardiólogo UBA-SAC - Residente de Hemodinamia y Cardiología Intervencionista en Hospital Italiano de Buenos Aires - Editor MedEcs.