La presencia de factores de riesgo cardiometabólicos suele comenzar en la infancia, subrayando la importancia de identificarlos y controlarlos precozmente para retrasar o prevenir las enfermedades cardiovasculares en el futuro.
Los alimentos ultraprocesados (AUP) representan una categoría de productos alimenticios que pasan por un extenso procesamiento industrial, a menudo conteniendo múltiples ingredientes, aditivos y conservantes para hacerlos no solo convenientes (listos para comer), sino también apetecibles y atractivos. Típicamente son ricos en grasas saturadas, azúcares, sodio y otras sustancias y bajos en nutrientes esenciales, todos los cuales están asociados con la salud cardiometabólica.
Debido a su alta disponibilidad, asequibilidad y amplia publicidad dirigida a los niños, los AUP se han vuelto cada vez más frecuentes en las dietas modernas. Además, los hábitos establecidos durante la primera infancia a menudo se mantienen en edades posteriores y persisten en la adultez, aumentando el riesgo de enfermedades cardiovasculares y otras enfermedades no transmisibles.
Un alto consumo de AUP se ha asociado con un mayor riesgo cardiometabólico en adultos, sin embargo, la evidencia en niños es limitada.
Nadine Khoury y cols. buscaron evaluar la asociación entre el consumo de AUP y los factores de riesgo cardiometabólicos en el Estudio Longitudinal de Evaluación del Riesgo de Obesidad Infantil (CORALS)
Para este análisis transversal, los autores utilizaron los datos de los pacientes reclutados entre el 22 de marzo de 2019 y el 30 de junio de 2022.
Se reclutaron niños en edad preescolar (entre 3 y 6 años) de escuelas y centros en 7 ciudades de España.
Se incluyeron 1.426 niños con una edad media de 5.8±1.1 años, con un 49% de niños.
Las madres de los niños con un alto consumo de AUP eran más jóvenes, tenían un IMC más alto, eran más propensas a tener sobrepeso u obesidad, menos propensas a haber amamantado exclusivamente a sus hijos, y tenían niveles de educación y tasas de empleo más bajos.
En comparación con los participantes en el tercil más bajo de consumo de AUP ajustado por energía, aquellos en el tercil más alto mostraron puntuaciones Z más altas de índice de masa corporal (IMC), circunferencia de la cintura abdominal, índice de masa grasa y glucosa plasmática en ayunas y puntuaciones más bajas de C-HDL.
Se observaron asociaciones positivas similares entre el índice de masa grasa, el IMC y la glucosa plasmática, independientemente del origen animal o vegetal de los AUP consumidos.
Sustituir 100 gr de AUP por 100 gr de alimentos no procesados o mínimamente procesados se asoció con puntuaciones Z más bajas de IMC, índice de masa grasa y glucosa plasmática en ayunas.
¿Qué podemos recordar?
El alto consumo de AUP en niños pequeños está asociado con adiposidad y otros factores de riesgo cardiometabólicos, resaltando la necesidad de iniciativas de salud pública para promover la sustitución de AUP por alimentos no procesados o mínimamente procesados.
