La progresión de la placa (PP) aterosclerótica es un factor crítico en la transición de la aterosclerosis subclínica a la ruptura de placa, lo que aumenta el riesgo de eventos cardiovasculares. Varios factores de riesgo convencionales, como la diabetes, la hipertensión y la dislipidemia, están asociados con la PP. En particular, las lipoproteínas de baja densidad (LDL) han sido consideradas las principales lipoproteínas proaterogénicas, con una fuerte relación con la PP y otros eventos cardiovasculares adversos. Sin embargo, persiste un riesgo residual de PP y eventos cardiovasculares a pesar del control intensivo de los niveles de colesterol LDL (C-LDL).
Las partículas de LDL forman un grupo lipoproteico heterogéneo, que puede clasificarse en varias subclases según su tamaño, densidad y composición de lípidos y apolipoproteínas, incluyendo LDL grandes y flotantes, LDL intermedias y LDL pequeñas y densas (sdLDL).
Entre estas, la sdLDL ha sido identificada como una de las fracciones más aterogénicas. Se caracteriza por una mayor densidad (1.044 g/mL a 1.063 g/mL) y un menor tamaño (diámetro <25.5 nm) en comparación con otras subclases de LDL. Un estudio prospectivo de cohorte demostró que el colesterol de sdLDL (C-sdLDL) se asocia con un mayor riesgo de eventos cardiovasculares adversos mayores (MACE), independientemente de los niveles de C-LDL, en pacientes con enfermedad arterial coronaria (EAC) tratados con estatinas. Además, Schaefer et al. encontraron que los pacientes con niveles de C-sdLDL ≥50 mg/dL presentaban un riesgo significativamente mayor de enfermedad cardiovascular aterosclerótica, incluso tras el ajuste por todos los factores de riesgo estándar. Sin embargo, la relación entre C-sdLDL-y la progresión de la placa aún no está completamente establecida.
En este contexto, Abulikemu Amuti y cols. buscaron evaluar la relación entre los niveles de C-sdLDL y la PP en pacientes con EAC estable.
Realizaron un análisis retrospectivo de 146 lesiones en 86 pacientes mediante exámenes repetidos de ultrasonido intravascular (IVUS) entre enero de 2020 y mayo de 2023. Se analizaron lesiones coronarias marginales no tratadas, evaluando la relación entre los niveles promedio de C-sdLDL en el tiempo y la progresión de la placa, determinada a partir de los cambios en el volumen de ateroma.
La progresión de la placa se definió como un aumento del volumen de ateroma ≥5% en relación con el volumen total de la pared vascular durante el seguimiento.
La edad media de los pacientes fue de 62.7±8.6 años; el 26.7% eran mujeres y el 37.2% tenía diabetes tipo 2.
Tras un seguimiento mediano de 12.6 meses, se detectó progresión de la placa en 65 lesiones (44.5%), con un cambio medio en el volumen de ateroma de 4.1% ± 10.2%.
Se observó una correlación positiva entre los niveles promedio de C-sdLDL y los cambios en el volumen total de ateroma (r de Pearson = 0.29; P = 0.006), siendo esta asociación más pronunciada en pacientes diabéticos (r de Pearson = 0.58; P < 0.001).
Tras un ajuste multivariado, cada incremento de 0.1 mmol/L en el sdLDL-C promedio se asoció con un aumento de 1.2 veces en el riesgo de progresión de la placa.
¿Qué podemos recordar?
Niveles elevados de sdLDL-C están asociados de manera independiente con la progresión de la placa en pacientes con enfermedad arterial coronaria.
Un control intensivo de sdLDL-C, junto con otros factores de riesgo, mediante intervenciones en el estilo de vida y terapias farmacológicas optimizadas, podría inhibir al máximo la progresión de la placa y reducir los eventos cardiovasculares.