La enfermedad cardiovascular (ECV) es la principal causa de mortalidad alrededor del mundo y, en este contexto, los patrones nutricionales son un pilar fundamental en la ocurrencia de eventos clínicos adversos. La comida frita constituye una parte mayoritaria de las dietas occidentales y, más allá que diversos estudios han demostrado un potencial efecto deletéreo, aún no existe evidencia robusta de la relación entre la comida frita con el incremento de la mortalidad y ECV.
El proceso de fritura modifica la composición de los alimentos y nutrientes, provocando su deshidratación y la generación de ácidos grasos -trans. Además, incrementa la energía calórica haciendo los alimentos más apetecibles e incrementando la ingesta de energía alimentaria por periodo de tiempo analizado.
Este meta-análisis de estudios observacionales liderado por Pei-Qin tuvo como principal objetivo analizar la asociación entre la ingesta de comida frita con el riesgo de ECV y la mortalidad por todas las causas en individuos adultos de la población general, y cuantificar una potencial relación dependiente de la dosis de ingesta.
La ingesta elevada de comida frita se asocia a un incremento del 28% de MACE, 22% de ECV y 37% de ACV, con una asociación dependiente de la cantidad de comida ingerida semanalmente.
Se realizó una revisión sistemática de la literatura en bases de datos médicas (PubMed, EMBASE, Web of Science), incluyendo para el análisis un total de 19 artículos científicos. Se utilizó un modelo de Random Effect a fin de determinar el riesgo relativo del consumo de comida frita, y se analizó una relación dosis-dependiente estratificando el consumo de acuerdo al percentil 10, 50 y 90 del total de la distribución muestral.
Se observó que la ingesta de comida frita elevada, en relación a la ingesta baja, se asoció a un incremento de eventos cardiovasculares adversos mayores (MACE RR 1.28 [IC95% 1.15-1.43]), con resultados constantes aún frente al análisis por subgrupos. A su vez, la ingesta en los percentiles superiores de comida frita se asoció a un incremento de ECV (RR 1.22 [IC95% 1.07-1.40]), accidente cerebrovascular (RR 1.37 [IC 95% 0.97-1.94]), insuficiencia cardiaca (RR 1.37 [IC95% 1.07-1.75]), mortalidad cardiovascular (RR 1.02 [IC95% 0.93-1.14]), y de mortalidad por todas las causas (RR 1.03 [IC 95% 0.96-1.12]).
Esta asociación fue lineal en el caso de MACE (incremento de un 3% por cada comida frita consumida/semana, RR 1.03 [IC95% 1.01-1.04]), ECV (incremento de un 2% por comida frita/semana, RR 1.02 [IC 95% 1.01-1.02]), e insuficiencia cardiaca (incremento de un 12% por comida frita/semana, RR 1.12 [IC 9% 1.01-1.23]).
Debido a la heterogeneidad de los datos incluidos para el presenta análisis, la asociación evidenciada entre el consumo de comida frita con la ocurrencia de eventos cardiovasculares adversos puede encontrarse subestimada, principalmente teniendo en cuenta que diversos estudios analizaron sólo un tipo de comida frita y no su consumo total. A pesar de esta heterogeneidad, se observó mediante el análisis de subgrupos un incremento de ECV con el consumo de comida frita total y de pescado frito (como ejemplo de un subtipo de comida frita), lo que lleva a considerar que no debería existir diferencias entre los distintos subtipos de comida frita.
Vale destacar que la ausencia de asociación estadísticamente significativa entre la ingesta de comida frita con la ocurrencia de accidente cerebrovascular y mortalidad de causa cardiovascular podría explicarse por la subrepresentación de estos eventos clínicos adversos en los datos incluidos para el análisis.
Primer meta-análsis que analiza el impacto CV de la comida frita.
No discrimina por el tipo de comida frita consumida.
Gran cohorte de pacientes.
Algunos eventos clínicos se encuentran subestimados.
Gran heterogeneidad de datos.
Solo se incluyeron estudios observaciones.
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Médico Cardiólogo UBA-SAC - Residente de Hemodinamia y Cardiología Intervencionista en Hospital Italiano de Buenos Aires - Editor MedEcs.