Tanto la enfermedad cardiovascular (ECV) como la demencia son dos entidades frecuentemente observadas en la población añosa, presentando entre sí múltiples factores de riesgo comunes. Así, el 40% de los casos de demencia son atribuidos a factores de riesgo modificables, por lo que la identificación de sus precursores y la implementación de estrategias terapéuticas precoces son de vital importancia para mejorar la evolución clínica de este subgrupo de pacientes en el seguimiento.
Diversos estudios han demostrado que la incorporación de hábitos de vida saludables previenen la ocurrencia de accidente cerebrovascular (ACV, agente precursor de demencia vascular) y enfermedad coronaria ateroesclerótica, por lo que el abordaje multidisciplinario es mandatorio a fin de lograr un beneficio en términos de reducción de enfermedad vascular y mejora en estilo y calidad de vida. Así, el estudio FINGER realizado por Ngandu y cols. es el primer estudio que utilizó un abordaje multifactorial de implementación de hábitos de vida saludables y control de factores de riesgo cardiovascular, demostrando un beneficio en términos de mejora de la performance cognitiva a 2 años de seguimiento; sin embargo, hasta la fecha no ha sido analizada la eficacia de esta estrategia en la reducción de eventos cardiovasculares (CV).
El objetivo del presente subanálisis pre-especificado del estudio FINGER realizado por Jenni Lehtisalo y colaboradores de la Universidad de Kuopio (Finlandia) fue analizar, más allá del beneficio en términos del incremento de la performance cognitiva, el impacto clínico del abordaje multifactorial para la reducción de eventos cardiovasculares adversos.
El estudio FINGER incluyo para el analisis una cohorte de 1260 pacientes, con una edad promedio de 69.4±4.7 años, un 53.4% de sexo masculino y una elevada carga de comorbilidades concomitantes. Los mismos fueron aleatorizados en relación 1:1 a una estrategia de abordaje terapéutico general (grupo control) o a un abordaje multidominio con intervención a nivel de hábitos alimenticios, actividad física y cognitiva y monitoreo vascular (grupo intervención). A su vez, los datos de la evolución clínica de los pacientes analizados y la ocurrencia de ACV, accidente isquémico transitorio (AIT) y eventos clínicos coronarios adversos fueron extraídos desde una base nacional de datos médicos de Finlandia.
La estrategia de abordaje multidominio (hábitos de vida saludables y control de los factores de riesgo cardiovasculares) presentó una mejora en términos de la performance cognitiva y una reducción de la ocurrencia de eventos cardiacos y cerebrovasculares adversos en el seguimiento a 2 años.
Con un periodo de seguimiento promedio de 7.4 años, el 18% de los pacientes incluidos presentaron un evento clínico cardiovascular adverso (107 pacientes del grupo intervención y 122 del grupo control). La incidencia de eventos clínicos cerebrovasculares adversos fue menor en el grupo intervención, en relación al grupo control, con una diferencia estadísticamente significativa entre los subgrupos analizados (ACV/AIT HR 0.71 [IC95% 0.51-0.99]. A su vez, se observó una menor incidencia de eventos cardiovasculares adversos en el subgrupo intervención, en comparación al subgrupo control (eventos coronarios HR 0.84 [IC95% 0.56-1.26]), como también una menor ocurrencia del total de eventos cardiovasculares (total eventos CV HR 0.80 [IC95% 0.61-1.04]), respectivamente.
Frente al análisis del subgrupo con antecedentes de enfermedad CV conocida, los pacientes del subgrupo intervención presentaron una menor ocurrencia de eventos CV totales (HR 0.50 [IC 95% 0.28-0.90]) y cerebrovasculares (ACV/AIT HR 0.40 [IC 95% 0.20-0.81]), en relación al subgrupo comparador control.
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Médico Cardiólogo UBA-SAC - Residente de Hemodinamia y Cardiología Intervencionista en Hospital Italiano de Buenos Aires - Editor MedEcs.