En el manejo de la angina crónica estable, uno de los grandes desafíos clínicos sigue siendo definir con precisión qué pacientes obtendrán un verdadero beneficio sintomático tras una revascularización coronaria. Si bien las técnicas invasivas han demostrado ser útiles para predecir la respuesta clínica, el valor de las pruebas no invasivas sigue siendo una zona gris.
El estudio ORBITA-2 —un ensayo multicéntrico, aleatorizado, doble ciego y controlado con placebo— aportó evidencia clave al demostrar que la angioplastia coronaria (ATC) puede mejorar significativamente los síntomas anginosos en pacientes cuidadosamente seleccionados. Sin embargo, persiste una pregunta crítica: ¿cómo seleccionar a estos pacientes?
Un nuevo subanálisis del ORBITA-2, realizado por Fiyyaz Ahmed-Jushuf y cols., aporta una posible respuesta al explorar el valor predictivo del ecocardiograma de estrés con dobutamina (ESD) como herramienta no invasiva para anticipar el beneficio sintomático de la ATC.
Para ello, se analizaron datos de 262 pacientes con enfermedad coronaria estable e isquemia documentada, quienes fueron sometidos a una evaluación con ESD antes de la aleatorización (ATC vs. placebo).
Durante la prueba, se asignó un puntaje de estrés basado en la motilidad de los segmentos del ventrículo izquierdo —desde motilidad normal hasta segmentos aneurismáticos— generando un índice continuo de isquemia inducible.
La edad media de los participantes fue de 65,5 años, y el 79,4% eran hombres. El puntaje basal promedio de estrés fue mayor en el grupo asignado a ATC (1,42) que en el grupo placebo (1,00), con una mediana global de 1,25 (RIC 0,33–2,92).
Los resultados revelaron que a mayor puntaje de estrés en el ESD, mayor fue la mejoría sintomática posterior a la angioplastia.
Por cada punto adicional en el puntaje de estrés, la probabilidad de una reducción significativa de la carga de angina aumentó en un 23% (OR 1,23; IC95% 1,13–1,35). Esta relación se mantuvo incluso al considerar dominios más amplios como la frecuencia de los episodios anginosos y la calidad de vida, evaluados mediante el Seattle Angina Questionnaire (SAQ).
Un hallazgo clave del análisis es que el valor pronóstico del ESD fue independiente del tipo de síntomas reportados por los pacientes, lo que refuerza su utilidad como herramienta objetiva, incluso en presencia de manifestaciones clínicas atípicas.
¿Qué podemos recordar?
Los hallazgos del subanálisis del ORBITA-2 destacan el valor del ecocardiograma de estrés con dobutamina (ESD) como herramienta no invasiva para predecir el beneficio clínico de la angioplastia coronaria (ATC) en pacientes con enfermedad coronaria estable. En este contexto, la magnitud de la isquemia basal objetivada por ESD se asoció de manera directa con la mejoría sintomática y en la calidad de vida posterior al procedimiento.
Estos resultados refuerzan la importancia de una adecuada estratificación isquémica previa a la revascularización, especialmente en pacientes con mínima carga farmacológica antianginosa, y posicionan al ESD como un recurso clínico útil para optimizar la selección de candidatos a ATC.