Si bien en las últimas décadas la mortalidad del infarto agudo de miocardio con elevación del segmento ST (IAMCEST) se ha reducido significativamente gracias al tratamiento de reperfusión temprano y al tratamiento médico basado en las guías clínicas, la mortalidad luego de un IAMCEST complicado con un paro cardiaco continua siendo elevada, llegando al 50%. Si bien las guías de practica clínica se han focalizado en el paro cardiaco extrahospitalario (PCEH), la mortalidad asociada a la ocurrencia de un paro cardiaco intrahospitalario (PCIH) continua siendo elevada a pesar de tener un rápido acceso a la resucitación y la evidencia en este contexto es limitada.
Es por ello que Wie Gong y cols. utilizaron los datos de un registro nacional Chino para evaluar las características clínicas de los pacientes con IAMCEST complicado con PCIH, así como los predictores y tratamientos asociados al riesgo de ocurrencia de esta complicación.
Los pacientes del Proyecto CCC-ACS (Improving Care for Cardiovascular Disease in China-Acute Coronary Syndrome) cursando un IAMCEST dentro de las 24 h del inicio de los síntomas fueron categorizados de acuerdo a la presencia o ausencia de PCIH durante la hospitalización índice.
Entre el 1 de noviembre de 2014 y el 31 de diciembre de 2019 se enrolaron 40.670 pacientes con diagnóstico de IAMCEST, de los cuales el 2.2% presentaron un PCIH.
Los pacientes que presentaron un PCIH eran típicamente mayores, más frecuentemente mujeres y presentaban más comorbilidades comparados con los pacientes que no presentaron esta complicación. Durante la admisión, los pacientes con PCIH se presentaron más frecuentemente con PCEH, y con una mayor frecuencia cardiaca, menor presión arterial sistólica y peor función cardiaca.
Entre los 29447 pacientes que fueron sometidos a una angioplastia primaria (ATCp) el 1.8% presentaron un PCIH, quienes presentaron más frecuentemente enfermedad de tronco de la coronaria izquierda (5% vs 2.2%, p<0.01) y en menor medida se utilizó el acceso radial (82.3% vs 92.1%, p<0.01) y mayormente requirieron balón de contrapulsación intraaórtico (14% vs 3%, p<0.01).
La mortalidad intrahospitalaria de los pacientes complicados con un PCIH fue del 53% comparada con el 1% en aquellos pacientes que no presentaron dicha complicación, diferencia que continuó siendo significativa luego de ajustar por las características basales.
Entre todas las variables, el PCIH fue la variable que se asoció más fuertemente con la mortalidad intrahospitalaria (OR 39.75, IC05%: 31.76-49.89).
El modelo de regresión de Cox permitió identificar los siguientes predictores de riesgo independiente de PCIH: edad ≥75 años, el sexo femenino, la ausencia de tabaquismo, el antecedente de diabetes, insuficiencia renal, el PCEH, la presencia de una frecuencia cardiaca > 100 latidos/min y una presión arterial sistólica <90 mmHg junto con una clase killip IV.
El predictor más fuerte de PCIH fue la ocurrencia de un PCEH.
Con respecto al tratamiento recibido, los pacientes con PCIH recibieron menos frecuentemente betabloqueantes (44.9% vs 56.6%, p<0.01), y ticagrelor (28% vs 42.3%, p<0.01) durante las primeras 24 h luego del primer contacto medico y menos frecuentemente fueron sometidos a ATCp (59.4 vs 71.8%, p<0.01).
En un analisis multivariable, tanto la ATCp (HR aj 0.82, IC95%: 0.71-0.95), como la administración de betabloqueantes (HR aj 0.63, IC95%: 0.47-0.86) y de ticagrelor (HR aj 0.57, IC95%: 0.42-0.76) durante las primeras 24 h del primer contacto médico se identificaron como factores protectores para la ocurrencia de PCIH.
¿Qué podemos recordar?
El PCIH es raro en el contexto del IAMCEST, pero se asocia con una elevada mortalidad.
Múltiples factores modificables y no modificables se asocian con su ocurrencia, sugiriendo que la intervención temprana y el tratamiento farmacológico adecuado puede mejorar su pronóstico.
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