Existe una creencia extendida de que el humo de marihuana es inofensivo. No obstante, se ha demostrado que contiene muchas de las mismas sustancias químicas presentes en el humo de tabaco, además de partículas finas que pueden contribuir a la morbilidad y mortalidad cardiovascular. En un contexto global de creciente legalización del cannabis con fines recreativos y medicinales, comprender las implicancias clínicas y en salud pública del consumo de marihuana se vuelve fundamental.
Uno de los aspectos clave para evaluar la salud vascular es la función endotelial, que puede medirse mediante la dilatación mediada por flujo (FMD, por sus siglas en inglés). Esta técnica evalúa la capacidad de las arterias para dilatarse frente a un aumento del flujo sanguíneo, lo cual depende en parte de la liberación de óxido nítrico por el endotelio. La FMD es una herramienta clínica ampliamente validada y se considera un predictor temprano de enfermedad vascular.
Con el objetivo de evaluar si el consumo de cannabis se asocia con disfunción endotelial, se diseñó el estudio CANDIDE (CANnabis: Does It Damage Endothelium).
Se trató de un estudio transversal que incluyó adultos sanos, con edades entre 18 y 50 años, residentes del área de la bahía de San Francisco, California. Ninguno de los participantes fumaba tabaco, usaba cigarrillos electrónicos ni estaba frecuentemente expuesto a humo de segunda mano. Los participantes fueron emparejados por edad y sexo y divididos en tres cohortes: consumidores crónicos de marihuana fumada, usuarios de comestibles con tetrahidrocannabinol (THC) y un grupo control sin consumo de cannabis. El reclutamiento se llevó a cabo entre el 25 de octubre de 2021 y el 1 de agosto de 2024, y el análisis se completó en septiembre de 2024.
Se midieron dos parámetros vasculares: la FMD y la velocidad de la onda de pulso carotídeo-femoral (PWV), esta última como índice de rigidez arterial. Además, se recolectaron muestras de suero de los participantes para evaluar, en células endoteliales humanas (HUVECs), la producción de óxido nítrico estimulada con factor de crecimiento endotelial vascular (VEGF).
De los 55 participantes incluidos (20 mujeres [37%], 35 hombres [63%], edad media 31,3 años), se observaron diferencias significativas en la función endotelial entre los grupos:
- FMD: fue significativamente menor en los fumadores de marihuana (6%±2,6%;p = 0,004) y en los usuarios de comestibles con THC (4,6%±3,7%; p = 0,003) en comparación con los no consumidores (10,4%±5,2%).
- Producción de óxido nítrico: las células endoteliales tratadas con suero de fumadores de marihuana mostraron niveles más bajos de óxido nítrico (1,1 nmol/L± 0,3) que aquellas tratadas con suero del grupo control (1,5 nmol/L ± 0,3;p = 0,004). No se observaron diferencias en este parámetro entre usuarios de comestibles y no consumidores (p = 0,81).
- Correlaciones: se halló una correlación inversa significativa entre la FMD y la frecuencia de consumo de marihuana fumada (r= –0,7; p < 0,001), así como con la cantidad de THC ingerido (r = –0,7; p = 0,03).
No se registraron diferencias significativas en otros parámetros vasculares como la PWV.
¿Qué nos deja este estudio?
Este estudio transversal muestra que tanto el consumo crónico de marihuana fumada como la ingesta regular de comestibles con THC se asocian con disfunción endotelial. Aunque esta disfunción parece comparable a la observada en fumadores de tabaco, los mecanismos involucrados podrían ser diferentes.
Estos hallazgos aportan evidencia relevante sobre los posibles efectos adversos del cannabis en la salud cardiovascular y refuerzan la necesidad de incorporar esta dimensión en las discusiones sobre políticas de salud pública y recomendaciones clínicas