La intervención coronaria percutánea (ICP) primaria constituye el tratamiento estándar para el infarto agudo de miocardio con elevación del segmento ST (IAMCEST). Las guías clínicas recomiendan que el tiempo transcurrido desde el primer contacto médico (PCM) hasta la intervención con dispositivo sea de 90 minutos o menos en pacientes que se presentan directamente en hospitales con capacidad de ICP, y de 120 minutos o menos para aquellos que requieren traslado, con el objetivo de mejorar los resultados clínicos. Este intervalo PCM–dispositivo se utiliza como un indicador de calidad en los hospitales, que buscan cumplirlo en al menos el 75 % de los pacientes con IAMCEST, según lo establecido por la American Heart Association (AHA) y el American College of Cardiology (ACC).
Pese a estas recomendaciones, persiste una marcada variabilidad en el cumplimiento de los tiempos PCM–dispositivo sugeridos. Un análisis del registro Get With the Guidelines—Coronary Artery Disease (GWTG-CAD) evidenció que tiempos de tratamiento más cortos se asocian con menor mortalidad intrahospitalaria; sin embargo, los objetivos establecidos no se alcanzaron en la mayoría de los períodos analizados, lo que revela claras oportunidades para optimizar la atención de estos pacientes.
Con la finalidad de mejorar los procesos de atención y los desenlaces en IAMCEST, se llevó a cabo un estudio transversal retrospectivo que evaluó la variabilidad en el cumplimiento del tiempo PCM–dispositivo tanto en pacientes que se presentaron directamente en hospitales con capacidad de ICP como en aquellos que requirieron traslado. Además, se analizó la asociación entre el desempeño hospitalario, la ubicación geográfica y el volumen de ICP primaria con los patrones de atención y los resultados clínicos. Para ello, se utilizaron datos del registro GWTG-CAD de la American Heart Association entre 2020 y 2022, incluyendo a 73.826 pacientes con IAMCEST o sus equivalentes que recibieron ICP primaria en 503 hospitales de Estados Unidos.
El desempeño hospitalario se definió según el porcentaje de pacientes que alcanzaron el tiempo PCM–dispositivo objetivo (≤90 minutos para presentaciones directas y ≤120 minutos para traslados) en cada centro.
La mediana de edad fue de 62 años y el 72,4 % de los pacientes eran varones.
De los 60.109 pacientes que se presentaron directamente a hospitales con capacidad de ICP, el 59,5 % cumplió con el objetivo de ≤90 minutos, mientras que solo el 50,3% de los 13.717 pacientes trasladados alcanzó el tiempo objetivo de ≤120 minutos.
En comparación con quienes lograron los objetivos, los pacientes que no los alcanzaron eran de mayor edad, tenían mayor probabilidad de ser mujeres, eran con mayor frecuencia afroamericanos no hispanos y tenían menor probabilidad de contar con seguro privado. Además, presentaban una mayor carga de comorbilidades, una fracción de eyección del ventrículo izquierdo más baja y un estado clínico más comprometido al momento de la presentación, con mayor frecuencia de paro cardíaco, insuficiencia cardíaca y shock cardiogénico en comparación con quienes cumplieron los objetivos.
Se observó una amplia variabilidad institucional en el cumplimiento del tiempo objetivo tanto para presentaciones primarias (mediana 60,8 %, rango intercuartílico [RIC] 51,2 %–68,8 %) como para traslados (mediana 50,0 %, RIC 32,5 %–66,9 %). Los centros con mejor desempeño lograron alcanzar los tiempos objetivo con mayor frecuencia, mientras que los hospitales con bajo desempeño mostraron demoras significativas en la permanencia en la guardia, en el acceso al laboratorio de cateterismo y en los procesos de traslado, variando según el modo de presentación.
Al comparar hospitales urbanos y rurales, no se hallaron diferencias significativas en las probabilidades de cumplir los tiempos objetivos, tanto en presentaciones primarias (ORa 1,20; IC 95 % 0,96–1,50) como en traslados (ORa 0,86; IC 95 % 0,50–1,47).
El incumplimiento del tiempo PCM–dispositivo objetivo se asoció con un riesgo significativamente mayor de mortalidad intrahospitalaria tanto en presentaciones primarias (ORa 2,21; IC 95 % 2,02–2,42) como en pacientes trasladados (ORa 2,44; IC 95 % 1,90–3,12).
Asimismo, el bajo desempeño hospitalario se vinculó con un aumento en el riesgo de mortalidad en comparación con centros de alto desempeño, especialmente en presentaciones primarias (ORa 1,16; IC 95 % 1,00–1,34). No se encontraron diferencias significativas en los resultados entre hospitales rurales y urbanos ni entre centros con bajo y alto volumen de ICP primaria.
¿Qué nos deja este estudio?
Este gran estudio transversal evidenció una considerable variabilidad entre hospitales en el cumplimiento de los tiempos recomendados para el tratamiento del IAMCEST. El incumplimiento del tiempo objetivo PCM–dispositivo y la atención en hospitales con bajo desempeño se asociaron con peores resultados clínicos, destacando la necesidad de implementar estrategias que mejoren la calidad y la eficiencia en la atención de estos pacientes.
Reflexión final
Este estudio pone en evidencia que, más allá de los avances tecnológicos y protocolos establecidos, la variabilidad en la atención de pacientes con infarto agudo de miocardio sigue siendo un desafío que impacta directamente en la supervivencia y calidad de vida. Cumplir con los tiempos recomendados desde el primer contacto médico hasta la intervención es una meta alcanzable que debe ser prioridad en todos los centros de salud. Para ello, es fundamental fortalecer los sistemas de salud a traves de la creacion de redes y mediante capacitación continua, optimización de procesos y estrategias que permitan superar las barreras logísticas, especialmente en contextos donde los traslados son necesarios. Solo a través de un compromiso institucional y colaborativo será posible garantizar que todos los pacientes reciban una atención oportuna y de calidad, reduciendo así las desigualdades y mejorando los resultados clínicos.