El estrés crónico desencadena una vía en serie que implica una actividad elevada de la red neural relacionada con el estrés (SNA, por sus siglas en ingles), lo cual conduce a una estimulación simpática descendente y a una leucopoyesis, aterogénesis e inflamación aterosclerótica, que culminan en eventos cardiovasculares.
Considerando los efectos ansiolíticos agudos del alcohol, Kenechukwu Mezue y cols., utilizando una gran cohorte del Biobanco de Mass General Brigham, evaluaron la hipótesis de que el consumo crónico de alcohol leve/moderado confiere beneficios cardiovasculares, en parte al reducir la activación de estos mecanismos patológicos asociados con el estrés.
Se incluyeron 52.064 participantes del Biobanco que completaron una encuesta de comportamiento de salud, que incluía preguntas acerca del consumo de alcohol (CA) durante un año previo al enrolamiento. El CA se clasificó como nulo/mínimo, ligero/moderado o elevado, según se tomaran <1, 1-14 o > 14 bebidas por semana, respectivamente.
Un subgrupo de participantes que fueron sometidos a una tomografía por emisión de positrones con 18F-fluorodesoxiglucos, generalmente en contexto de seguimiento o diagnóstico de cáncer, permitió evaluar la red neural relacionada con el estrés.
Se incluyeron 52.064 participantes, de los cuales 23920 presentaban un CA nulo o mínimo, 27053 un CA leve/moderado y 2091 un CA elevado. La mediana de la edad era 60 años y el 60% eran mujeres.
Durante una mediana de seguimiento de 3.4 años, 1.914 pacientes presentaron MACE.
El CA leve/moderado, en comparación con el consumo nulo/mínimo, se asoció a un menor riesgo de MACE (HR 0,78, IC95%: 0.71-0.86, p<0.0001) luego de ajustar por varios factores confundidores.
Esta reducción se observó en todos los eventos cardiovasculares: eventos coronarios (infarto, angina instable, revascularización, HR 0.78, IC0.67-0.91, p=0.001), síndromes coronarios agudos (HR 0.78, IC95%: 0.67-0.92, p=0.002), insuficiencia cardíaca (HR 0.79, IC95%: 0.70-0.88, p<0.001), enfermedad vascular periférica (HR 0.72, IC95%: 0.55-0.93, p=0.013) y accidente cerebrovascular (HR 0.74, IC95%: 0.66-0.84, p<0.001).
Sin embargo, se asoció con un riesgo aumentado de cáncer (HR 1.23, IC95%: 1.14-1.33, p<0.001).
En 713 participantes con imágenes cerebrales, el CA leve/moderado, en comparación con el CA nulo/mínimo, se asoció con una disminución de la actividad de la red neural relacionada con el stress en reposo y se encontró que esta menor actividad mediaba parcialmente el efecto beneficioso del CA leve/moderado, sobre los MACE.
Además, el CAleve/moderado se asoció a una mayor disminución del riesgo de MACE entre los individuos con ansiedad previa (HR 0.60, IC95%: 0.50-0.72) en comparación con aquellos sin ansiedad.
¿Qué podemos recordar?
El beneficio del CA leve/moderado, en comparación con el CA nulo/mínimo, en el riesgo de eventos cardiovasculares se debe, en parte, a su capacidad para atenuar la actividad de la red neural relacionada con el estrés.
Además, el impacto beneficioso del CA leve/moderado en los MACE en esta población, fue más alto en los individuos con ansiedad en comparación con aquellos sin ansiedad.
Dados los posibles perjuicios del alcohol para la salud, se necesitan nuevas intervenciones con efectos positivos en la neurobiología del estrés pero sin los potenciales efectos perjudiciales del alcohol.
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