Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de mortalidad a nivel mundial, con la cardiopatía isquémica como uno de los mayores contribuyentes. La rehabilitación cardiovascular (RCV) temprana es fuertemente recomendada para reducir la morbilidad y mortalidad luego de un síndrome coronario agudo (SCA).
Aunque estudios iniciales demostraron beneficios en la reducción de mortalidad, estudios recientes no han encontrado tal reducción. Además, los estudios del mundo real, aunque positivos, pueden estar sesgados. Es difícil identificar qué componentes específicos de la RC aportan los beneficios.
Jacques Blacher y cols. buscaron evaluar el impacto de la RC tras dos años en Francia, analizando la optimización de tratamientos de prevención secundaria, adherencia a la medicación, el seguimiento médico, las rehospitalizaciones y la mortalidad en pacientes hospitalizados por SCA en 2019.
Para ello, identificaron en la base de datos del seguro nacional de salud de Francia a todos los pacientes hospitalizados por a en el año 2019 y los clasificaron según recibieran RC o no.
Durante el año 2019, el 22% de 134.846 pacientes hospitalizados por SCA en Francia recibieron RCV dentro de los 6 meses del alta. Este porcentaje fue superior en pacientes con SCA con elevación del ST (35.2%) que sin elevación del ST (14.6%).
Los pacientes que recibieron RCV eran más jóvenes, presentaban menos comorbilidades y recibieron revascularización con mayor frecuencia en comparación con los que no realizaron RCV.
Luego de un año del alta hospitalaria, un mayor porcentaje de pacientes que realizaron RCV continuaron tomando betabloqueantes, antiagregantes plaquetarios, estatinas e inhibidores del sistema renina-angiotensina-aldosterona en comparación con los pacientes sin RCV (63.5% vs. 59.9%, respectivamente, p<0.001).
Uno y dos años después de la hospitalización inicial, los resultados de seguimiento médico y riesgo de mortalidad fueron peores en los pacientes que no recibieron RCV.
La probabilidad de rehospitalización por cualquier causa y por recurrencia de SCA fue bastante similar en ambos grupos.
Luego de ajustar por variables confundidoras, el riesgo de suspensión de la medicación, rehospitalización por cualquier causa (HR aj 0.83, IC95%: 0.81-0.85), rehospitalización por recurrencia de SCA (HR aj 0.73, IC95%: 0.71-0.75) y mortalidad por cualquier causa (HR aj 0.64, IC95%: 0.61-0.68) fue significativamente menor en los pacientes que recibieron RCV.
Luego de un ajuste múltiple, además de las variables confundidoras, la persistencia de la medicación y el seguimiento cardiológico, los factores que se asociaron significativamente con la mortalidad por todas las causas fueron no someterse a RCV, el sexo masculino, la edad, la hospitalización previa por un evento cardiovascular, la diabetes, hipertensión consumo de tabaco, la ausencia de realización de angiografía coronaria y la presencia de complicaciones cardiacas durante la hospitalización inicial, el abandono de la medicación y el mal seguimiento cardiológico.
¿Qué podemos recordar?
Los pacientes que reciben RCV luego de una hospitalización por SCA presentan un mejor pronóstico.
La optimización de las estrategias eficientes de prevención secundaria mejora la persistencia del tratamiento y el seguimiento cardiológico.
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