La obesidad previa al embarazo es un factor de riesgo modificable común tanto para resultados adversos del embarazo (RAE), como la diabetes gestacional (DG) y los trastornos hipertensivos, como para el desarrollo posterior de enfermedades cardiovasculares (ECV). Dado que los RAE se asocian con un mayor riesgo de hipertensión y diabetes en etapas posteriores de la vida, se ha propuesto que podrían actuar como mediadores en la relación entre el índice de masa corporal (IMC) materno y el riesgo cardiovascular en la mediana edad. Aunque estudios previos han explorado esta hipótesis, se han limitado a poblaciones homogéneas y a seguimientos a corto plazo.
En este contexto, Jaclyn D. Borrowman y cols. evaluaron, en una cohorte multinacional y diversa, si los RAE median la asociación entre el IMC previo al embarazo y los factores de riesgo cardiovascular entre 10 y 14 años después del parto.
Se incluyeron en el análisis participantes embarazadas de ≥18 años, inscritas a las 28 semanas de gestación (rango: 24-32 semanas) en el estudio HAPO FUS (Hyperglycemia and Adverse Pregnancy Outcomes Follow-Up Study), sin antecedentes de hipertensión ni diabetes antes del embarazo. Las participantes realizaron una visita de seguimiento a los 11.6 ± 1.3 años después del parto.
De las 4.269 participantes, la edad materna promedio fue de 30.1 ± 5.6 años, y el IMC previo al embarazo se clasificó como normal en el 67,7 % de las participantes, con sobrepeso en el 21,7 % y con obesidad en el 10,6 %.
La diabetes gestacional (DG) y los trastornos hipertensivos del embarazo (THEN) de nueva aparición ocurrieron en el 13.8% y 10.7% de las participantes, respectivamente.
En comparación con las mujeres con IMC normal, aquellas con obesidad previa al embarazo presentaron valores más altos de presión arterial media (PAM) (7.0 mm Hg; IC 95%: 6.0–8.1 mm Hg), triglicéridos (28.5 mg/dL; IC 95%: 21.9–35.1 mg/dL) y HbA1c (0.3%; IC 95%: 0.2%–0.4%) en el seguimiento, a una edad promedio de 41.7 ± 5.6 años. La DG medió parcialmente la asociación entre obesidad y HbA1c (24.6%; IC 95%: 20.9%–28.4%), mientras que los THEN mediaron parcialmente la asociación entre obesidad y MAP (12.4%; IC 95%: 10.6%–14.2%).
¿Qué podemos recordar?
En esta cohorte multinacional de mujeres embarazadas, los RAE mediaron solo una pequeña proporción de la asociación entre la obesidad previa al embarazo y el riesgo cardiovascular en la mediana edad.
Promover el control del peso antes del embarazo podría ser una estrategia clave para mejorar la salud cardiovascular materna a largo plazo.