El tratamiento temprano de control del ritmo en la fibrilación auricular (FA) se asocia con una mayor tasa de libertad de recurrencia de arritmias auriculares (AA) y mejores resultados cardiovasculares. Sin embargo, el momento óptimo para la ablación con criobalón (ACB) sigue siendo incierto.
Utilizando los datos del registro prospectivo Cryo Global, Dennis Lawin y cols. evaluaron la recurrencia de AA y las complicaciones relacionadas con el procedimiento en pacientes sometidos a ACB temprana (≤12 meses desde el diagnóstico) en comparación con ACB tardía (>12 meses desde el diagnóstico).
El estudio incluyó un total de 3.447 pacientes con un seguimiento mínimo de 12 meses, de los cuales 1,220 fueron seguidos durante 24 meses.
En el análisis, el 46% de los pacientes recibió ablación temprana, con una mediana de 0.3 años desde el diagnóstico de fibrilación auricular. Este grupo presentó una edad media de 62 ± 12 años, con un 35.8% de mujeres y un 71.4% de pacientes con fibrilación auricular paroxística. En contraste, el 54% de los pacientes recibió ablación tardía con una mediana de 3.4 años desde el diagnóstico, una edad media de 61 ± 11 años, un 36.2% de mujeres y una prevalencia de fibrilación auricular paroxística del 75.0%.
Los pacientes sometidos a ablación temprana presentaron una menor prevalencia de hipertensión (53.5% frente a 57.9%, p=0.01), menor carga sintomática con una media de 1.5 ± 1.1 síntomas por paciente frente a 1.8 ± 1.1 en el grupo de ablación tardía (p<0.01) y un menor diámetro auricular izquierdo (41 ± 7 mm frente a 42 ± 7 mm, p<0.01).
El éxito agudo de la ablación fue elevado en ambos grupos, con una tasa del 97.1% en la cohorte de ablación temprana y del 95.2% en la de ablación tardía (p<0.01).
En términos de parámetros del procedimiento, el tiempo total desde el acceso venoso hasta la retirada del último criocatéter fue menor en la cohorte de ablación temprana, con un promedio de 79 ± 34 minutos frente a 83 ± 34 minutos en el grupo de ablación tardía (p<0.01).
De igual manera, el tiempo de permanencia en la aurícula izquierda fue más corto en el grupo de ablación temprana, con una media de 53 ± 24 minutos frente a 56 ± 25 minutos en el grupo de ablación tardía (p<0.01). Sin embargo, el tiempo total de fluoroscopía fue mayor en el grupo de ablación temprana, con un promedio de 35 ± 36 minutos frente a 28 ± 28 minutos en la cohorte de ablación tardía (p<0.01).
La sedación consciente se utilizó con menor frecuencia en el grupo de ablación temprana (58.0% frente a 62.8%, p<0.01). No se observaron diferencias entre los grupos en el uso de mapeo preprocedimiento mediante tomografía computarizada o resonancia magnética, ecocardiografía intracardíaca o monitoreo del nervio frénico.
A los 24 meses de seguimiento, la tasa de libertad de recurrencia de arritmias auriculares fue del 81.5% (IC 95%: 78.7–83.9%) en el grupo de ablación temprana, mientras que en el grupo de ablación tardía fue del 71.7% (IC 95%: 68.9–74.3%) (p<0.01). Además, el riesgo de requerir cardioversión fue un 41% menor en el grupo de ablación temprana (HR aj 0.59; IC95%:0.42–0.83, p<0.01).
La incidencia de eventos adversos graves relacionados con el procedimiento fue menor en el grupo de ablación temprana en comparación con el grupo de ablación tardía (2.4% frente a 3.5%, p=0.045).
¿Qué podemos recordar?
La ablación con criobalón realizada dentro de los primeros 12 meses tras el diagnóstico de FA se asoció con una mayor tasa de libertad de recurrencia de AA y una menor incidencia de eventos adversos en un contexto de evaluación en el mundo real.